Ante la existencia de cada vez más ofertas para formar doulas, creemos necesario pronunciarnos sobre aspectos que nos preocupan y que creemos obstaculizan el camino hacia el reconocimiento de la profesión de la doula.
No existe en España una titulación oficial de “Doula”, ni una homologación de dicha titulación es posible. Consideramos que ofrecer formaciones cuyos títulos o contenidos inducen al error, como “Formación Profesional”, o “exámenes de homologación”, es deshonesto y mercantilista.
El oficio de la Doula está enmarcado en el apoyo emocional. No guía, no asesora. El acompañamiento que hace una doula no está relacionado con ninguna terapia ni lo pretende, por lo que ofrecer formaciones que incluyan terapias o peor aún, que pretendan enseñar actividades como partería, están incurriendo no solo en el engaño a las futuras doulas, sino en un claro intrusismo profesional.
El trabajo de la doula no tiene nada que ver con el esoterismo, la espiritualidad, la sanación de cualquier índole ni, en definitiva, con cualquier método de diagnóstico o terapia, alternativa o no. Pensamos que es de una gran irresponsabilidad mezclar dichas prácticas con el acompañamiento y más aún, ofrecerlas como parte de las formaciones a futuras doulas.
El acompañamiento de la doula consiste en apoyar las decisiones de la mujer. La doula no interviene ni realiza tratamientos de ninguna clase. Aquellas personas que se hacen llamar doulas y que incurren en estas prácticas, extralimitándose en sus funciones, desprestigian el oficio y ofrecen al público una versión falsa del sentido de la doula.
Por lo tanto, nos desmarcamos absolutamente de aquellas formaciones y prácticas que no corresponden al trabajo que desempeña una doula, y cuyo reconocimiento social se ve empañado por esta clase de ofertas engañosas.
Junio de 2014
Grupo de Trabajo sobre la Profesión de la Doula